La bolsa de cristal - Que no cunda el pánico - Blogs Expansion.com

Hoy, algo más calmados hay que preguntarse ¿Qué pasó en la Bolsa el lunes 24? Nada. Pero nada de nada, aunque siempre tiene que pasar algo para animar al personal a comprar como un poseso, si nosotros queremos vender, o por el contrario, que vendan como energúmenos, si lo que pretendemos es comprar a precios de saldo. Esto, funciona así, aunque cueste creerlo.

Ahora la amenaza para los inversores viene del otro lado de los Urales en forma de una hipotética invasión de Ucrania por parte de los rusos. ¡Anda ya! ¿De verdad usted se cree que los rusos se van a enfangar en una guerra contra la OTAN?. Mal tienen que andar las cosas por Rusia cuando montan esta esta pantomima. En la época de la oprobiosa, o sea, con Franco, cuando las cosas de la economía no pintaban bien, siempre buscaban algo que aunase el espíritu nacional, el ardor patrio y el grito de guerra era ¡Gibraltar español!. Ahora los rusos sacan los tanques a que les dé el aire. A la tropa, para que no se anquilose, que se dé un paseo y de paso, ir gastando en unas supermaniobras toda la munición cuya vida probable esté próxima a cumplirse y que se consuman todas las raciones de alimentos de guerra o de supervivencia, que se les estaban pasando de fecha y nada más. Se van a enseñar los dientes y algo conseguirá Putin, no le quepa la menor duda, pero de ahí no va a pasará la cosa.

A las armas las carga el diablo y jugar con ellas entraña no pocos riesgos. Podemos asistir incluso a un accidente lamentable, pero no se llegará a mayores. No estamos, ni de lejos en los prolegómenos de una guerra, por lo que nuestro consejo es que duerma tranquilo ni sufra por sus acciones, que no se va a arruinar

Me puedo equivocar, Dios no lo quiera, pero esto puede quedar todo en agua de borrajas y acuerdos negociables, sin llegar a que hablen los misiles ni los cañones. Y nos podemos encontrar con el hecho de que el aparente hundimiento de la bolsa no pase de un batacazo que dará magníficas oportunidades para quien disponga de liquidez para aprovecharla.

Lo que está meridianamente claro es que la solución no pasa por vender nuestras acciones en pleno desplome de los mercados. Piense que no tiene sentido que bajen todas las acciones al margen del sector en el que operen las distintas empresas. Descartada la opción de vender sólo quedan dos posibilidades: empezar a comprar o esperar.

Comenzar a comprar es una temeridad, ya que no sabemos dónde está el fondo y lo que hoy nos parece barato, mañana puede parecernos caro.

Esperar a que el mercado se dé la vuelta nos parece la apuesta más prudente. En este momento la liquidez es el bien más preciado. Piense que sin haber cumplido el primer mes del nuevo año ya hay valores que han alcanzado rentabilidades que justifican, por sí solas, un buen año bursátil. Esto es insostenible. La Bolsa no es el Maná caído del cielo.

Espere. Repase todos los valores cotizados. Tenga en cuenta la rentabilidad por diviendos y decida qué valor y a qué precio le gustaría tener en cartera. Y cuando esté a precio, a por él, que queda mucho año por delante. Suerte.